martes, 16 de septiembre de 2008

Monografía TERAPIA EN PISCINA

Autores: Lic. Eydel Montoya Hernández.
Lic. Juana Regla Rodríguez Álvarez.
Lic. Yanelis Urrutia Rodríguez.
Lic. Pedro Hernández González.

La terapia en piscina combina la temperatura del agua y las fuerzas físicas de la inmersión (flotación, presión hidrostática, factores hidrodinámicos) con ejercicios terapéuticos. Se utiliza, fundamentalmente, cuando se precisa la ejecución de ejercicios asistidos o resistidos de las extremidades, sin carga sobre las articulaciones y músculos. En inmersión, pueden reeducarse la marcha, el equilibrio y la coordinación, antes de que la fuerza muscular o la consolidación ósea sea completas.
La terapia en piscina, al igual que los otros métodos hidroterapéuticos, se utiliza integrada dentro de un programa terapéutico rehabilitador. La inmersión en sí no es un fin, sino más bien una etapa que ayuda al paciente a liberarse poco a poco en el medio acuáti¬co, para después hacerlo fuera del agua. La verdadera finalidad de la hidrocinesiterapia es, por lo tanto, salir del agua con más independencia para las actividades de la vida diaria y la marcha.(7)

Medios técnicos: Piscinas y Tanques
Para la realización de ejercicio terapéutico en el agua se utilizan los tanques y las piscinas. Los tanques tienen una capacidad limitada, por lo que sólo permi¬ten el tratamiento de un paciente. Existen diversos tipos, pero el tanque terapéutico más utilizado para movilización e hidrocinesiterapia, que permite la inmersión de todo el cuerpo, es el tanque de Hubbart o de Trébol. Las piscinas terapéuticas tienen formas y tamaños muy variables, según las necesidades y los fines a que son destinadas. Se dividen en piscinas colectivas de movilización, de marcha y de natación.

TINA DE HUBBART O DE TRÉBOL
Este tanque para tratamiento individual permite la inmersión completa de todo el cuerpo. Tiene forma de alas de mariposa o de trébol, para permitir el mo¬vimiento de las cuatro extremidades y el acceso del terapeuta al paciente (Fig.4). Es muy útil para tratar a pacientes que necesitan movilización en agua caliente, para mantener la gama de movimien¬tos y disminuir el dolor. En unos casos, presentan gran incapacidad que les impide la deambulación (artritis reumatoide en fase de exacerbaciones, cuadriplejia, hemiplejia y pacien¬tes con quemaduras, que precisan la movilización en medio estéril, o con heridas abiertas o incontinen¬cias, que contraindican el uso de la piscina colectiva. Estos tanques están equipados con un sistema de grúa para situar al paciente dentro del agua. También puede acoplárseles una turbina, para crear turbulen¬cias y potenciar, así, el efecto del baño caliente.



PISCINAS COLECTIVAS DE MOVILIZACIÓN

Existen piscinas colectivas de movilización de muy diversas formas y tamaños, en función de las necesi­dades y, en muchos casos, del espacio disponible (Fig.5 y 6). Consideramos, que una piscina de tratamiento debe tener, como mínimo, 4 x 2,5 m, para tratar al menos de 4 a 6 personas. Debe tener una profundidad media de 0,9 a 1.5 m, si se pretende hacer ejercicios de marcha, en cuyo caso su longitud será por lo menos de 3 m. Una piscina de 4 x 12 m de largo y de ancho, permite aplicar hidrocinesiterapia entre 12 y 15 pacientes simultáneamente, además de poderse realizar la práctica de natación.

Las caracterís­ticas básicas de las piscinas de tratamiento son:

- Forma rectangular, y parcialmente enterrada, con una pared exterior de 85-90 cm de altura para facilitar la intervención directa del fisioterapeuta. La parte superior de la pared será plana, para permitir el emplazamiento de aparatos auxiliares.

- Profundidad de 0.90 a 1.80 m con fondo horizontal inclinado o piso removible. Si es una piscina más grande y se necesitan zonas de mayor profundidad, se separarán mediante una leve pendiente o escalón bajo.

- Accesibilidad: el acceso se efectuará por escalera con barandillas, rampas y elevadores hidráulicos, para los casos que precisen ayuda para entrar, sa­lir o –incluso- permanecer en camilla dentro de la piscina.

- Seguridad: al nivel del agua, la pared estará provis­ta de una barra de apoyo a lo largo de toda la pa­red. Las barras perpendiculares también son útiles, en algunas ocasiones, para agarrarse en medio de la piscina.

-Accesorios: 1. Materiales fijos: tabla inclinada pro­vista de correas de fijación, aparato de tracción del raquis, taburetes y sillas lastradas. 2. Materiales de flotación: anillos hinchables para cuello, tronco y extremidades, flotadores de corcho o de espuma, como el pull-boy o la tabla. 3. Materiales de lastrado: sandalias de plomo, para mantener el cuerpo verti­cal en inmersión cervical o estabilizar un miembro atetósico. 4. Materiales que aumenten la resistencia al movimiento: palas de madera, aletas.




PISCINAS DE MARCHA

Las piscinas de marcha se utilizan para el entrenamiento de la marcha mediante la inmersión decreciente. En estas piscinas, el suelo estará escalonado, con peldaños de profundidad decreciente de aproximadamente 60 cm de ancho por 10 cm de al­tura, separados unos de otros por barras paralelas de apoyo, de 80 cm de altura (Fig 7). Los pasillos de marcha tendrán, al menos, 3 m de longitud. La profundidad será decreciente: variará desde 1,50 m (inmersión esternal media) hasta 0,70 m (inmersión femoral de los más bajos). El acceso a la piscina de marcha se efectuará por la zona más profunda. Existen otros tipos de piscinas de marcha, aparte de la escalonada: son los tanques de fondo móvil, en los cuales solamente existe un pasillo de marcha. Este tipo de tanque contiene una plataforma en el fondo, que se eleva o se sumerge a la profundidad deseada, para obtener inmersiones de mayor o me­nor profundidad.

Otro tipo de piscina, también para el entrena­miento de la marcha, es la piscina en forma de pa­sillo, en la que, mediante una turbina, se crea una corriente de agua y aire que ayuda o resiste el des­plazamiento.

Técnicas de hidrocinesiterapia

La hidrocinesiterapia (Fig.8) permite técnicas variadas para una amplía gama de indicaciones terapéuticas. Antes de realizar cualquier ejercicio en inmersión profunda, y más si vamos a utilizar la flotación, es necesaria una fase previa de adaptación, so­bre todo, en los pacientes poco familiarizados con el medio acuático. Sin esta fase previa, en la que el paciente pierde el miedo al agua y se encuentra segu­ro dentro, es imposible obtener relajación muscular, por lo que la hidrocinesiterapia no será útil. Las técnicas más utilizadas son: ejercicios de movilización, entrenamiento de la marcha, reeducación neuro motriz y natación.



Consideraciones del tratamiento en piscina: duración y precauciones

DURACIÓN

El tratamiento en piscina tendrá una duración variable, entre 10 y 30 minutos, según el estado general del paciente. Es conveniente iniciarlo con 10-15 minutos e ir aumentando el tiempo gradualmente, según la tolerancia.

PRECAUCIONES

La hidroterapia debe considerarse como un trata­miento no exento de riesgos y su prescripción queda reservada al médico.

Indicaciones de la hidrocinesiterapia

Las indicaciones son múltiples y se basan en los efec­tos fisiológicos de la hidrocinesiterapia. Las indica­ciones más frecuentes de la terapia en piscina son:

TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA

Fracturas e intervenciones de cirugía ortopédica, so­bre todo de hombro, raquis y miembros inferiores. Esguinces. Desgarros musculares y lesiones tendino­sas. Politraumatizados. Distrofias del crecimiento: escoliosis, cifosis y epifisitis.

REUMATOLOGÍA

Lesiones articulares degenerativas periféricas y raquídeas. Enfermedades reumáticas inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico. Espondiloartropatías, poli­miositis, esclerosis sistémica progresiva. Reumatismos pararticulares: fibromialgia y tendinitis(11)

NEUROLOGÍA

Afecciones periféricas: poliomielitis, polirradiculo­neuritis, mononeuritis. Lesiones centrales: medula­res, cerebrales. Esclerosis múltiple. Miopatías.

CARDIOLOGÍA Y NEUMOLOGÍA

Programas de entrenamiento al esfuerzo postinfarto. Asma y bronquitis crónica. Insuficiencia venosa (con temperatura ligeramente inferior a la termoneutra).

OTRAS

Medicina deportiva. Síndrome tóxico. Preparación al parto. Utilizada como relajación..

Contraindicaciones de la hidrocinesiterapia

La selección adecuada de los pacientes para hidroci­nesiterapia en piscina es muy importante. Las con­traindicaciones serán siempre relativas, según las características de cada paciente y las instalaciones disponibles. Ello quiere decir que un paciente incon­tinente o con una herida abierta no podrá tratarse en piscina colectiva, pero sí en tanque individual; o que en un paciente con insuficiencia respiratoria, sino es muy grave, el ejercicio en el agua puede incluso ser utilizado como una técnica de reeducación; o que el cáncer no es una contraindicación absoluta para la inmersión en piscina.

La principal contraindicación la constituye el ries­go de contaminación del agua. En todos los casos habrá que hacer un balance de las ventajas y riesgos. En general, se contraindicará la hidrocinesiterapia en piscina colectiva en cualquier situación en la que la exposición al agua caliente o el ejercicio estén con­traindicados, especialmente en:

Presencia de heridas abiertas o supurantes

Procesos infecciosos o inflamatorios agudos: respiratorios y otorrinolaringológicos, oculares, hepatitis, gastroenteritis, parasitosis intestinales

Hipertensión arterial mal controlada

Alteraciones cardiacas o pulmonares graves en períodos no estables (especialmente con capacidad vital menor de 1.500 ml)

Insuficiencias orgánicas graves o en períodos de descompensación

Mal estado general, enfermos terminales

Pacientes con terror al agua y pacientes psicóticos o con desorientación

Epilepsia mal controlada

Diabetes grave y mal controlada

Tuberculosis

Indicaciones de las aguas mineromedicinales

Diversas son las aplicaciones terapéuticas de las aguas mineromedicinales que por ensayo clínico se ha demostrado su uso en diferentes aparatos y sistemas:

Aguas Clorada sódicas:

Reumatismo crónico cuando se encuentran fuera de la fase aguda de la enfermedad (artritis reumatoide, espondilitis anquilopoyética, y otras)

Artrosis vertebrales, Coxatrosis, Gonartrosis

Periartritis de hombro con espondilitis, tendinitis, sinovitis

Neuralgias, Ciatalgia, Cervico-braquialgia

Secuelas traumáticas: fracturas, luxaciones, contusiones

Eccema, dermatosis, soriasis, acné juvenil

Inflamaciones crónicas: anenxiales, vaginales, y otras

Convalecencias y recuperación debido a un sobre esfuerzo

Aguas Bicarbonatadas

Gastritis crónicas

Hernia hiatal

Dispepsia gástrica y enteropatías

Duodenopatías

Diabetes

Colitis, colecistitis crónicas

Nefritis, litiasis

Aguas Carbónicas

Dispepsia

Hipoclorhidrias

Arteriopatías obliterantes

Hipertensión arterial esencial

Gota

Dismenurreas, Salpingitis

Aguas terruginosas

Anemias hipocrómicas

Convalecencia

Piodermitis

Soriasis

Dermatitis seborreica

Aguas Oligominerales

Litiasis

Infecciones urimnarias

Nefropatías

Algias pelvianas

Gota

Enterocolitis

Aguas radiactivas

Estado depresivo y ansioso

Dermatitis alérgicas

Asma bronquial

Eccema, urticarias

Distonía neurovegetativa

Espasmo muscular

Reumatismo crónico inflamatorio

Secuelas de fracturas y luxaciones

Contraindicaciones

Procesos tumorales malignos

Cardiopatías descompensadas

Insuficiencias renales

Enfermedades hemorrágicas

Procesos agudos o en estado de agudización

Hipertensión arterial severa

Estados caquécticos