Lic. Juana Regla Rodríguez Álvarez.
Lic. Yanelis Urrutia Rodríguez.
Lic. Pedro Hernández González.
La terapia en piscina combina la temperatura del agua y las fuerzas físicas de la inmersión (flotación, presión hidrostática, factores hidrodinámicos) con ejercicios terapéuticos. Se utiliza, fundamentalmente, cuando se precisa la ejecución de ejercicios asistidos o resistidos de las extremidades, sin carga sobre las articulaciones y músculos. En inmersión, pueden reeducarse la marcha, el equilibrio y la coordinación, antes de que la fuerza muscular o la consolidación ósea sea completas.
La terapia en piscina, al igual que los otros métodos hidroterapéuticos, se utiliza integrada dentro de un programa terapéutico rehabilitador. La inmersión en sí no es un fin, sino más bien una etapa que ayuda al paciente a liberarse poco a poco en el medio acuáti¬co, para después hacerlo fuera del agua. La verdadera finalidad de la hidrocinesiterapia es, por lo tanto, salir del agua con más independencia para las actividades de la vida diaria y la marcha.(7)
Medios técnicos: Piscinas y Tanques
Para la realización de ejercicio terapéutico en el agua se utilizan los tanques y las piscinas. Los tanques tienen una capacidad limitada, por lo que sólo permi¬ten el tratamiento de un paciente. Existen diversos tipos, pero el tanque terapéutico más utilizado para movilización e hidrocinesiterapia, que permite la inmersión de todo el cuerpo, es el tanque de Hubbart o de Trébol. Las piscinas terapéuticas tienen formas y tamaños muy variables, según las necesidades y los fines a que son destinadas. Se dividen en piscinas colectivas de movilización, de marcha y de natación.
TINA DE HUBBART O DE TRÉBOL
Este tanque para tratamiento individual permite la inmersión completa de todo el cuerpo. Tiene forma de alas de mariposa o de trébol, para permitir el mo¬vimiento de las cuatro extremidades y el acceso del terapeuta al paciente (Fig.4). Es muy útil para tratar a pacientes que necesitan movilización en agua caliente, para mantener la gama de movimien¬tos y disminuir el dolor. En unos casos, presentan gran incapacidad que les impide la deambulación (artritis reumatoide en fase de exacerbaciones, cuadriplejia, hemiplejia y pacien¬tes con quemaduras, que precisan la movilización en medio estéril, o con heridas abiertas o incontinen¬cias, que contraindican el uso de la piscina colectiva. Estos tanques están equipados con un sistema de grúa para situar al paciente dentro del agua. También puede acoplárseles una turbina, para crear turbulen¬cias y potenciar, así, el efecto del baño caliente.
PISCINAS COLECTIVAS DE MOVILIZACIÓN
Existen piscinas colectivas de movilización de muy diversas formas y tamaños, en función de las necesidades y, en muchos casos, del espacio disponible (Fig.5 y 6). Consideramos, que una piscina de tratamiento debe tener, como mínimo, 4 x
Las características básicas de las piscinas de tratamiento son:
- Forma rectangular, y parcialmente enterrada, con una pared exterior de 85-
- Profundidad de
- Accesibilidad: el acceso se efectuará por escalera con barandillas, rampas y elevadores hidráulicos, para los casos que precisen ayuda para entrar, salir o –incluso- permanecer en camilla dentro de la piscina.
- Seguridad: al nivel del agua, la pared estará provista de una barra de apoyo a lo largo de toda la pared. Las barras perpendiculares también son útiles, en algunas ocasiones, para agarrarse en medio de la piscina.
-Accesorios: 1. Materiales fijos: tabla inclinada provista de correas de fijación, aparato de tracción del raquis, taburetes y sillas lastradas. 2. Materiales de flotación: anillos hinchables para cuello, tronco y extremidades, flotadores de corcho o de espuma, como el pull-boy o la tabla. 3. Materiales de lastrado: sandalias de plomo, para mantener el cuerpo vertical en inmersión cervical o estabilizar un miembro atetósico. 4. Materiales que aumenten la resistencia al movimiento: palas de madera, aletas.
PISCINAS DE MARCHA
Las piscinas de marcha se utilizan para el entrenamiento de la marcha mediante la inmersión decreciente. En estas piscinas, el suelo estará escalonado, con peldaños de profundidad decreciente de aproximadamente
Otro tipo de piscina, también para el entrenamiento de la marcha, es la piscina en forma de pasillo, en la que, mediante una turbina, se crea una corriente de agua y aire que ayuda o resiste el desplazamiento.
Técnicas de hidrocinesiterapia
La hidrocinesiterapia (Fig.8) permite técnicas variadas para una amplía gama de indicaciones terapéuticas. Antes de realizar cualquier ejercicio en inmersión profunda, y más si vamos a utilizar la flotación, es necesaria una fase previa de adaptación, sobre todo, en los pacientes poco familiarizados con el medio acuático. Sin esta fase previa, en la que el paciente pierde el miedo al agua y se encuentra seguro dentro, es imposible obtener relajación muscular, por lo que la hidrocinesiterapia no será útil. Las técnicas más utilizadas son: ejercicios de movilización, entrenamiento de la marcha, reeducación neuro motriz y natación.
Consideraciones del tratamiento en piscina: duración y precauciones
DURACIÓN
El tratamiento en piscina tendrá una duración variable, entre 10 y 30 minutos, según el estado general del paciente. Es conveniente iniciarlo con 10-15 minutos e ir aumentando el tiempo gradualmente, según la tolerancia.
PRECAUCIONES
La hidroterapia debe considerarse como un tratamiento no exento de riesgos y su prescripción queda reservada al médico.
Indicaciones de la hidrocinesiterapia
Las indicaciones son múltiples y se basan en los efectos fisiológicos de la hidrocinesiterapia. Las indicaciones más frecuentes de la terapia en piscina son:
TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA
Fracturas e intervenciones de cirugía ortopédica, sobre todo de hombro, raquis y miembros inferiores. Esguinces. Desgarros musculares y lesiones tendinosas. Politraumatizados. Distrofias del crecimiento: escoliosis, cifosis y epifisitis.
REUMATOLOGÍA
Lesiones articulares degenerativas periféricas y raquídeas. Enfermedades reumáticas inflamatorias: artritis reumatoide, espondilitis anquilosante, lupus eritematoso sistémico. Espondiloartropatías, polimiositis, esclerosis sistémica progresiva. Reumatismos pararticulares: fibromialgia y tendinitis(11)
NEUROLOGÍA
Afecciones periféricas: poliomielitis, polirradiculoneuritis, mononeuritis. Lesiones centrales: medulares, cerebrales. Esclerosis múltiple. Miopatías.
CARDIOLOGÍA Y NEUMOLOGÍA
Programas de entrenamiento al esfuerzo postinfarto. Asma y bronquitis crónica. Insuficiencia venosa (con temperatura ligeramente inferior a la termoneutra).
OTRAS
Medicina deportiva. Síndrome tóxico. Preparación al parto. Utilizada como relajación..
Contraindicaciones de la hidrocinesiterapia
La selección adecuada de los pacientes para hidrocinesiterapia en piscina es muy importante. Las contraindicaciones serán siempre relativas, según las características de cada paciente y las instalaciones disponibles. Ello quiere decir que un paciente incontinente o con una herida abierta no podrá tratarse en piscina colectiva, pero sí en tanque individual; o que en un paciente con insuficiencia respiratoria, sino es muy grave, el ejercicio en el agua puede incluso ser utilizado como una técnica de reeducación; o que el cáncer no es una contraindicación absoluta para la inmersión en piscina.
La principal contraindicación la constituye el riesgo de contaminación del agua. En todos los casos habrá que hacer un balance de las ventajas y riesgos. En general, se contraindicará la hidrocinesiterapia en piscina colectiva en cualquier situación en la que la exposición al agua caliente o el ejercicio estén contraindicados, especialmente en:
Presencia de heridas abiertas o supurantes
Procesos infecciosos o inflamatorios agudos: respiratorios y otorrinolaringológicos, oculares, hepatitis, gastroenteritis, parasitosis intestinales
Hipertensión arterial mal controlada
Alteraciones cardiacas o pulmonares graves en períodos no estables (especialmente con capacidad vital menor de 1.500 ml)
Insuficiencias orgánicas graves o en períodos de descompensación
Mal estado general, enfermos terminales
Pacientes con terror al agua y pacientes psicóticos o con desorientación
Epilepsia mal controlada
Diabetes grave y mal controlada
Tuberculosis
Indicaciones de las aguas mineromedicinales
Diversas son las aplicaciones terapéuticas de las aguas mineromedicinales que por ensayo clínico se ha demostrado su uso en diferentes aparatos y sistemas:
Aguas Clorada sódicas:
Reumatismo crónico cuando se encuentran fuera de la fase aguda de la enfermedad (artritis reumatoide, espondilitis anquilopoyética, y otras)
Artrosis vertebrales, Coxatrosis, Gonartrosis
Periartritis de hombro con espondilitis, tendinitis, sinovitis
Neuralgias, Ciatalgia, Cervico-braquialgia
Secuelas traumáticas: fracturas, luxaciones, contusiones
Eccema, dermatosis, soriasis, acné juvenil
Inflamaciones crónicas: anenxiales, vaginales, y otras
Convalecencias y recuperación debido a un sobre esfuerzo
Aguas Bicarbonatadas
Gastritis crónicas
Hernia hiatal
Dispepsia gástrica y enteropatías
Duodenopatías
Diabetes
Colitis, colecistitis crónicas
Nefritis, litiasis
Aguas Carbónicas
Dispepsia
Hipoclorhidrias
Arteriopatías obliterantes
Hipertensión arterial esencial
Gota
Dismenurreas, Salpingitis
Aguas terruginosas
Anemias hipocrómicas
Convalecencia
Piodermitis
Soriasis
Dermatitis seborreica
Aguas Oligominerales
Litiasis
Infecciones urimnarias
Nefropatías
Algias pelvianas
Gota
Enterocolitis
Aguas radiactivas
Estado depresivo y ansioso
Dermatitis alérgicas
Asma bronquial
Eccema, urticarias
Distonía neurovegetativa
Espasmo muscular
Reumatismo crónico inflamatorio
Secuelas de fracturas y luxaciones
Contraindicaciones
Procesos tumorales malignos
Cardiopatías descompensadas
Insuficiencias renales
Enfermedades hemorrágicas
Procesos agudos o en estado de agudización
Hipertensión arterial severa
Estados caquécticos